Karlheinz Sotockhausen,
reconocido compositor “Serialísta” de
origen Alemán (1947- 2007), afirmó que
el arte sonoro no es de éste planta y cito… Desde mi infancia he tenido la
intuición de que no soy de aquí, de este planeta, y de que lo esencial de mi
misión en la Tierra consiste en establecer, a través del arte sonoro, lazos
entre los terrestres y extraterrestres. Fin de la cita…
(Delfín Martell) En el ciclo de
reportajes “Del Gobi al Macizo Guayanés”
expongo la verdad oculta que por milenios declara la existencia de dos clanes
de exploradores extraterrestres. “Exploradores provenientes del planeta Niburí,
llamados Anunnakis”. Esta casta de visitantes de otros mundos deja sembrado al
planeta con su ADN, de ésta combinación genética se desprenden las razas “roja,
negra, amarilla y blanca”. La cual ésta última detenta el poder a través de
intrigas y control de todos los aspectos económicos del planeta, a través de su
linaje llamado “reptil ario o reptil blanco”. En la entrega
no. 02 del reportaje “Del Gobi
al Macizo Guayanés” también
comentó que Venezuela forma parte de un eje energético de gran importancia
ubicado en el Maziso Guayanés. Eje que hace millones de años representó un
punto de enclave o marca referencial para aterrizajes de naves espaciales.
“Provenientes estas de Nibiru,
planeta origen de los Anunnakis”. La razón de su arribo a la tierra
persiguió la necesidad de transportar
oro, mineral energético y restaurador para su planeta.
El arte sonoro es una herramienta valiosa,
en muchos escenarios de vida del ser humano en la Tierra. Escuelas de pensamiento
filosófico-herméticas cultivan promueven y difunden el arte sonoro como parte
de su misión en este planeta. El sonido -como arte- expresa la visión
intelectual del hombre a través de la observación -por siglos- del mero hecho
físico y; la respuesta de este a su efecto catalizador y bienhechor.
Hermes Trismegisto
(titán de origen extraterrestre), en su texto El Kybalion expresa que “Nada
está inmóvil; todo se mueve; todo vibra”. Esta sabiduría antigua, herencia de los
primeros místicos, fue transmitida y estudiada durante varios periodos de la
historia llegando hasta nuestros días a los horizontes de la física teórica, la
cual mediante la teoría de cuerdas ha logrado proponer la premisa fundamentada
de que todas las partículas que conforman la materia son estados vibracionales
de un objeto denominado filamento o cuerda.
Partiendo de este
punto, es posible concebir al sonido -especialmente la música- como una
herramienta que puede tener un impacto sumamente poderoso sobre nuestra
estructura no solo etérea sino material. La música se define como: “Arte de
combinar los sonidos en una secuencia temporal atendiendo a las leyes de la armonía,
la melodía y el ritmo y un mecanismo de socialización y comunicación”. En
otras palabras, la música es una conjunción de sonidos filtrada de manera
racional e intuitiva, pero que lleva en su interior códigos específicos. El arte sonoro como disciplina se ha conectado
al desarrollo cultural de muchos pueblos concebido como un elemento
sublime dentro de lo ritual y lo estético. Entre sus múltiples usos que se le
ha dado a la música en diferentes culturas ha estado los usos ritualística
(diversas religiones) los usos marciales y patrióticos, los de entretenimiento
y terapias alternativas como: musicoterapia, vibración sanadora y más.
En el tiempo este
noble oficio ha sido subvalorado. Pero las nuevas tendencias filosóficas han
rescatado el valor transcendental, mediando entre la simple denominación de producto
“música popular” y el enorme potencial oculto tras la visión simplista de la
línea melodía enriquecida por un buen arreglo orquestal. Transmutando los
elementos estético-sonoros hacia el sublime arte de sanar a través de códigos -dejando
atrás- la mediocridad racional y a la ignorancia colectiva. Es aquí donde
escuelas filosófico-herméticas actualmente podrían entrar a jugar un papel importante al
rescatar la intención primordial de la música, siguiendo el camino transitado
por los grandes compositores renacentistas
(Masones-Rosacruces) y darle un valor no solo estético sino
interdisciplinario para así convertirla en una herramienta transversal -como de
hecho está sucediendo- desde hace tiempo atravesando los campos sociales,
culturales, educativos y científicos del actual colectivo humano.
Con el despertar de
la conciencia los pensadores comprometidos con diferentes escuelas
filosófico-herméticas han iniciado el compromiso creativo de componer música
con intenciones holísticas y discursivas mostrando el incalculable valor del
arte sonoro como herramienta de comunicación masivas de la sociedad actual, se tocaría
las fibras de gente joven, los motivaría a trabajar por el cambio, así mismo
haría recapacitar a más de uno a la hora de actuar erróneamente.
La música es vehículo educativo a través de la
misma, no solo a una población especifica sino a sí mismo, se puede
enseñar mediante la música a escuchar a los demás, a recibir los acordes que cada
individuo puede aportar a su progresión armónica y a resolver todas las sensibles
que se presenten en el día a día.
El arte sonoro
puede curar las enfermedades del alma, así como reestructurar los poliedros
vibrantes que componen nuestras cadenas de ADN. El arte sonoro y vibrante
ayudaría a comprender la importancia de la intuición, de la
reflexión, de la introspección y de la conciencia pues aprendería a escuchar
las canciones de la naturaleza propia del ser. Así mismo si dominas el lenguaje
musical puedes entonar de manera acertada cada palabra que emana de tu ser para
así emitir de manera más acertada y convincente tus discursos.
La hermosa virtud
del hombre comprometido con el estudio de la hermética y el arte sonoro se
vería evidenciada en su capacidad de manipular la mayor cantidad de lenguajes y
formas de comunicación para poder transformar la realidad misma mediante
un mensaje que se vuelva obra y deje huella. Partiendo del estudio concienzudo de la hermética y el arte sonoro, se puede crear híbridos que proyecten acertadamente una
perspectiva específica de la realidad. Por ejemplo, al mezclar el lenguaje
musical con el idioma generamos canciones que producen una hermosa herramienta
comunicacional -lo mismo- al combinar la ciencia con el lenguaje sonoro- estético obtenemos métodos interesantes como la
musicoterapia, audiotrepia, fonoterapia y la vibración sanadora, métodos que se
alimentan de la matemática y la física teórica. Estas combinaciones dan como
resultado series y secuencias en código que aspectan positivamente la psiquis
humana.
Una vez más afirmo… el arte sonoro, no es de este planeta
Karlheinz Sotockhausen
Haciendo mención de
los orígenes del arte sonoro -según Sotockhausen- hay que abordar los orígenes
del hombre en la tierra, para entender al arte sonoro en contexto y su
necesario uso.
Cito: cuando nos peguntamos sobre el origen de la música,
antes hemos de saber cuál es el origen del hombre. Desde que el hombre existe
ha habido música. Pero también los animales hacen música, y los átomos, y las
estrellas; todo cuanto vibra hace
música. La música que perciben los seres humanos, es música humana; la música
de los átomos, de las estrellas, de los animales, para que los hombres puedan percibirla, debe
ser transformada.
Los orígenes del
hombre han sido descritos en numerosos
mitos. Desde hace algunos años ha empezado una nueva era en el mundo, y la
historia del hombre empieza a tener sentido.
Estoy persuadido de
que la sustancia bruta de que esta hecho el hombre, proviene de la tierra, de los reinos mineral, vegetal y animal. Pero
al mismo tiempo, estoy convencido de que, hace 450.000 ó 500.000 años, uno
seres venidos de otro punto del Universo han
traído al hombre la cultura y la música. Fin de la cita…
Para entender en contexto lo afirmado por Sotockhausen,
recomendó leer Uranita (Este es el
nombre dado a la Tierra) editado por la fundación Uranita de Chicago
(EE.UU.) El libro describe rigurosamente
la historia de nuestro planeta y la instauración de la cultura en él por los
extraterrestres. Habla incluso de la caída de estos seres, de su decadencia
respecto al espíritu central del Universo y también del papel exacto de la
música y el músico.
El Maestro Karlheinz
Sotockhausen, más adelante comenta y cito: Desde mi infancia he tenido la
intuición de que no soy de aquí, de este planeta, y de que lo esencial de mi
misión en la Tierra consiste en establecer, a través del arte sonoro, unos
lazos entre y los terrestres
extraterrestres.
La música es un
médium del espíritu, el médium más útil, ya que penetra hasta los átomos del
hombre, a través de toda la piel, a través del cuerpo entero, no solo a través
de los oídos, y hacerlo vibrar. Es el medio más importante para poner al hombre
en contacto con su procreador, su creador. Esto es lo que, a mi entender, han
olvidado la mayoría de las personas, o no quieren admitirlo. Pero estoy
íntimamente convencido de ello, y creo que debe decirse.
Somos música,
estamos hechos de ella y por eso nos sentimos tan bien cuando se entona una
melodía preciosa acompañada de las dinámicas y de las texturas precisas.
Una vez sometidos a la belleza de la música, nuestro instinto animal se
adormecerá para dar paso al hombre virtuoso, el cual estará dispuesto a
escuchar de manera atenta y consciente las necesidades que aquejan la
realidad de nuestros días.
Continuara…
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