(Delfín Martell) Al
estudiar el comportamiento del hombre y su normal desempeño en la vida diaria,
es natural deducir, que todo en el infinito es vibración.
Ésta
vibración es la voz de Dios esparcida en forma de ondas al infinito espacio. Es
el YO vibrante que en su inmenso poder muestra que todo es, fue y será
eternamente evolución. Una reflexión aparentemente contradictoria, pero guarda
relación, entre la física, la anatomía y las ciencias herméticas integradas al
arte sonoro. En otro orden, pero
relacionados, la sustancia y materia desarrollan desde la antigüedad un arcano
indivisible. No hay materia sin espíritu, ni espíritu sin materia, ambas se
explican y danzan juntas generando vibración creativa, porque evolución, es el
Todo: es dinamismo, esencia y sonido.
Es
un torbellino cosmogónico en ruta franca hacia
niveles más sublimes de la sustancia individuada respondiendo al YO
superior. Estableciendo que todo es, fue
y será, eternamente movimiento.
El
movimiento es ritmo, pero también dinamismo, esencia y sonido. La física y el
sonido establecen una relación con el término ondas. "Sistemas ondulantes -curvadas
regularmente- que guardan relación con
los tonos musicales puros y las señales eléctricas las cuales producen
ondas sinusoidales". Ejemplo: cuando dos tonos diferentes se
tocan al mismo tiempo, sus ondas sonoras interactúan - agudos y graves- con la presión del aire se refuerzan
para producir una onda sonora diferente. Esto crea una relación con el universo-tiempo estableciendo conexión con el mundo sonoro horizontal y vertical llamado
armonía. “Nada se crea, nada muere, nada se destruye, Todo se
transforma, Todo cambia y evoluciona eternamente... el sonido es fruto de un Todo.
En
efecto, puesto que el elemento musical del sonido y de la interioridad es de carácter abstracto y formal. pero determinado por elementos técnicos y las relaciones de
medida entre los sonidos, instrumentos musicales, tonalidad, los
acordes, es decir, el universo geométrico del arte sonoro: vertical-horizontal.
Carácter
general de la música según la óptica Hegeliana
Según Hegel los puntos de vista esenciales
que son de importancia respecto a la música en general se pueden considerar
según la siguiente secuencia:
En
primer lugar debemos
comparar la música por un lado con las artes figurativas y por otro con la poesía.
En
segundo lugar se nos revelara más precisamente el
modo y manera en que la música puede captar y representar un contenido.
En
tercer lugar, a partir de este modo de tratamiento
explicar claramente el efecto peculiar
que la música, a diferencia de las demás artes ejerciendo efecto sobre el ánimo.
Implicando el efecto y acción benéfica del sonido o arte del sonido en conexión
con las artes figurativas y la poesía. Y tampoco negarse que en una obra
musical, por el modo y manera en que un tema se desenvuelve, se agrega en su alternancia o entrelazamiento impulsando
una modificación aflorando de nuevo en un contexto mayor.
Pero
tampoco en este caso mediante tal elaboración deviene la unidad más
profundizada y concentrada, como en la escultura y la pintura, sino que es más
bien una ampliación y una extensión, una divergencia, un alejamiento y un
retorno para los que el contenido que tiene que expresarse sigue siendo sin
duda el centro más importante cohesionando el todo tan firmemente como sea posible en las figuras del arte figurativo y
particularmente allí donde este se limita al organismo humano.
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E-mail: delfin.martell72@gmail.com
Móvil: 0426-1258368
Fijo: 0241-4516712
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